En cours de chargement...
El autor reflexiona sobre un cascajo humanizado, sus categorias en un monólogo breve y trascendental. ¿Qué es el cascajo?, me fue complicado entender de primer momento la pregunta y me llevó algún tiempo poder expresar los enunciados lógicos al respecto con la implicación que estos tenían. El cascajo es la creación sintética y antinatural más numerosa e inútil que persiste dentro de la atmósfera humana, producto de la substitución de un elemento por otro, es decir, es una creación humana; probablemente la más humana de todas las que ocupan el entorno de cualquier miembro de nuestra raza.
Tiene características que saltan a la vista, primero, es singularmente inútil, pues en su estado común, suele ser voluminoso e inestable, sus partículas son desagradables a la vista, es difícil no notar su presencia, su aspecto poco homogéneo tanto en color como porosidad y es, desagradablemente, notorio a la vista del ojo humano y, sin embargo, se le suele negar, la mayoría de los constructores desearía que desapareciera como por arte de magia, no obstante, no lo hace; dudo sobre la posibilidad de calificarlo como un ente necio, porque representa la entropía de un sistema y no se le puede señalar por ello; el ocultamiento del cascajo es patológico, todos sufrimos un síndrome que se caracteriza por el deseo de su desaparición espontanea; no reflexionamos, sobre la corresponsabilidad que tenemos por su existencia, pues sin la raza humana, la tierra, es decir, la naturaleza reinante en este planeta no habría sido capaz de generar un desperdicio tan propio a nuestra propia humanidad, quizás sin quererlo, las personas somos inexplicablemente similares al cascajo: inestables, grisáceos, porosos, estáticos, como en una representación del constante estado de destrucción, insoportablemente duros y hasta inútiles, contaminantes y, sin embargo, también, como representación de la transformación, deberíamos verlo como un agente evolutivo, de lo cambiante que es el mundo, un recordatorio del cómo algo que debería tener un sentido, en ocasiones, se torna absurdo y carente de valor.
