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En este texto se abordan dos formas de pensar al hombre: 1- como acción dentro de la historia (Sartre) y, 2- desde el punto de vista psicoanalítico y antropológico. En Sartre, la acción histórica es el equivalente de la unidad entre hombre y naturaleza. La acción cambia el curso de las cosas por su poder de negación, fundado en la libertad humana. Es la libertad la que distingue al hombre (ser libre) del animal (ser determinado). El sujeto se constituye después de una dialéctica, no como una naturaleza esencial ya dada.
Desde el punto de vista psicoanalítico, no se puede tomar al deseo como negatividad; tampoco que se constituya un sujeto luego de una dialéctica. No puede haber un sujeto único que permanezca a través de todo un proceso y le sirva de sostén. El sujeto está simbólicamente comprometido mediante el lenguaje, lo que no implica ninguna armonía consigo mismo ni con los demás. Al criticar el humanismo sartreano se impugna la moral dialéctica, para el cual la violencia es un instrumento para producir la historia, lo cual no implica que se anulen la rivalidad y la alienación.
Para desarrollar el tema, hemos resumido lo esencial de "El hombre y la identidad. ¿Nuevas subjetividades?", De Beatriz Gercman.
