Littérature d'Espagne du Siècle d'or à aujourd'hui
El Cura de Tours. .

Par : Honoré de Balzac

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  • Nombre de pages54
  • PrésentationBroché
  • Poids0.102 kg
  • Dimensions17,0 cm × 22,0 cm × 0,3 cm
  • ISBN979-10-419-3857-5
  • EAN9791041938575
  • Date de parution12/05/2023
  • ÉditeurCulturea

Résumé

En los comienzos del otono del ano 1826, el abate Birotteau, personaje principal de esta historia, fue sorprendido por un chaparrón al volver de la casa donde había pasado la velada. Atravesaba, pues, tan rápidamente como sus carnes podían permitírselo la plazuela desierta llamada del Claustro, que se halla a espaldas del ábside de Saint-Gatien, en Tours. El abate Birotteau, hombrecillo de constitución apoplética y de unos sesenta anos, había sufrido ya varios ataques de gota.
De suerte que, entre todas las pequenas miserias de la vida humana, la que más aversión le inspiraba era la súbita mojadura de sus zapatos, de ancha hebilla de plata, y la inmersión de sus suelas. En efecto ; a pesar de los escarpines de franela con que se empaquetaba en todo tiempo los pies, con ese cuidado que los eclesiásticos ponen en su persona, siempre pillaba un poco de humedad ; y al siguiente día la gota le daba infaliblemente pruebas de su constancia.
Sin embargo, como el piso del Claustro siempre está seco y el abate Birotteau había ganado tres libras y diez sueldos al whist en casa de la senora de Listomère, soportó la lluvia con resignación desde el centro de la plaza del Arzobispado, donde había empezado a caer en abundancia. Además, en aquel momento acariciaba él su quimera, un deseo que tenía ya doce anos de fecha, ¡un deseo de clérigo ! , un deseo que se robustecía todas las noches y que ahora parecía próximo a cumplirse ; en fin, el abate Birotteau se envolvía demasiado bien en la muceta de una canonjía para sentir la intemperie.
Durante la velada, las personas habitualmente reunidas en casa de la senora de Listomère le habían casi garantizado su nombramiento para la plaza de canónigo a la sazón vacante en el capítulo metropolitano de Saint-Gatien, asegurándole que nadie la merecía como él, cuyos derechos, durante mucho tiempo olvidados, eran incontestables. Si hubiese perdido en el juego, si hubiese sabido que al abate Poirel, su contrincante, le hacían canónigo, entonces sí que la lluvia le habría parecido fría.
Tal vez habría renegado de la existencia. Pero se encontraba en una de esas raras circunstancias de la vida en que las sensaciones dichosas nos hacen olvidarlo todo. Al apresurar el paso obedecía a un movimiento maquinal, y la verdad, tan esencial en una historia de costumbres, obliga a decir que no pensaba en el chaparrón ni en la gota.
En los comienzos del otono del ano 1826, el abate Birotteau, personaje principal de esta historia, fue sorprendido por un chaparrón al volver de la casa donde había pasado la velada. Atravesaba, pues, tan rápidamente como sus carnes podían permitírselo la plazuela desierta llamada del Claustro, que se halla a espaldas del ábside de Saint-Gatien, en Tours. El abate Birotteau, hombrecillo de constitución apoplética y de unos sesenta anos, había sufrido ya varios ataques de gota.
De suerte que, entre todas las pequenas miserias de la vida humana, la que más aversión le inspiraba era la súbita mojadura de sus zapatos, de ancha hebilla de plata, y la inmersión de sus suelas. En efecto ; a pesar de los escarpines de franela con que se empaquetaba en todo tiempo los pies, con ese cuidado que los eclesiásticos ponen en su persona, siempre pillaba un poco de humedad ; y al siguiente día la gota le daba infaliblemente pruebas de su constancia.
Sin embargo, como el piso del Claustro siempre está seco y el abate Birotteau había ganado tres libras y diez sueldos al whist en casa de la senora de Listomère, soportó la lluvia con resignación desde el centro de la plaza del Arzobispado, donde había empezado a caer en abundancia. Además, en aquel momento acariciaba él su quimera, un deseo que tenía ya doce anos de fecha, ¡un deseo de clérigo ! , un deseo que se robustecía todas las noches y que ahora parecía próximo a cumplirse ; en fin, el abate Birotteau se envolvía demasiado bien en la muceta de una canonjía para sentir la intemperie.
Durante la velada, las personas habitualmente reunidas en casa de la senora de Listomère le habían casi garantizado su nombramiento para la plaza de canónigo a la sazón vacante en el capítulo metropolitano de Saint-Gatien, asegurándole que nadie la merecía como él, cuyos derechos, durante mucho tiempo olvidados, eran incontestables. Si hubiese perdido en el juego, si hubiese sabido que al abate Poirel, su contrincante, le hacían canónigo, entonces sí que la lluvia le habría parecido fría.
Tal vez habría renegado de la existencia. Pero se encontraba en una de esas raras circunstancias de la vida en que las sensaciones dichosas nos hacen olvidarlo todo. Al apresurar el paso obedecía a un movimiento maquinal, y la verdad, tan esencial en una historia de costumbres, obliga a decir que no pensaba en el chaparrón ni en la gota.
Honoré de Balzac
Honoré de Balzac est né à tours en 1799. Après des études de droit, il décide d'abandonner son métier de clerc de notaire pour devenir romancier et journaliste. Malgré des débuts difficiles dus aux échecs de son premier ouvrage, il ne se désarme pas et persiste dans l'écriture. En 1830, il commence l'oeuvre de sa vie, "La Comédie Humaine", se revendiquant comme une peinture réaliste de la société de son époque. A travers ces 80 romans, dont Le colonel Chabert et Le Père Goriot, il dresse le portrait de plus de 2000 personnages et étudie toutes les classes sociales à la manière d'un scientifique. Inventeur du récit moderne, il aborde plusieurs genres dans le cours de sa carrière littéraire et influencera des auteurs réputés dont Emile Zola, le célèbre auteur de Au Bonheur des Dames ou Gustave Flaubert, connu pour L'éducation sentimentale. Après une vie de labeurs et d'abus, il meurt à Paris en 1850 et accède au statut d'écrivain mythique marquant l'histoire de la littérature pour toujours. De ces auteurs ayant apportés leur contribution littéraire, nous vous suggérons de découvrir l'univers mélancolique de Charles Baudelaire avec Les fleurs du mal. Petits prix, livraison à 0,01€ et garantie satisfait ou remboursé : tels sont nos atouts.
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