San Atanasio contra el mundo. Colección Santos, #6
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- FormatePub
- ISBN978-1-326-20569-0
- EAN9781326205690
- Date de parution20/03/2015
- Protection num.pas de protection
- Infos supplémentairesepub
- ÉditeurLulu.com
Résumé
San Atanasio vivió en tiempos turbulentos para la Iglesia. Arrio y sus seguidores negaban que Jesucristo fuera verdaderamente Dios, intentando hacer el cristianismo menos escandaloso a los ojos del mundo. A pesar de que sus enseñanzas fueron condenadas por el Concilio de Nicea, los arrianos consiguieron extenderse por toda la Iglesia gracias a la ayuda de los emperadores romanos. Primero como diácono y luego como Patriarca de Alejandría, Atanasio luchó sin descanso para defender la fe de la Iglesia de aquellos que querían deformarla.
En lugar de la vida tranquila que habría tenido si se hubiera doblegado ante el poder imperial, sufrió constantes persecuciones y destierros. Durante años, gobernó su diócesis desde la clandestinidad, escribiendo sin cesar contra la herejía, ocultándose entre los monjes del desierto y huyendo de los que lo buscaban para matarlo. San Atanasio fue inflexible con las falsas doctrinas, pero siempre se mostró compasivo con los fieles que se habían dejado engañar o que habían sucumbido a la persecución.
El pueblo de Alejandría le tenía un gran afecto y permaneció leal a su Patriarca en los momentos más difíciles.
En lugar de la vida tranquila que habría tenido si se hubiera doblegado ante el poder imperial, sufrió constantes persecuciones y destierros. Durante años, gobernó su diócesis desde la clandestinidad, escribiendo sin cesar contra la herejía, ocultándose entre los monjes del desierto y huyendo de los que lo buscaban para matarlo. San Atanasio fue inflexible con las falsas doctrinas, pero siempre se mostró compasivo con los fieles que se habían dejado engañar o que habían sucumbido a la persecución.
El pueblo de Alejandría le tenía un gran afecto y permaneció leal a su Patriarca en los momentos más difíciles.
San Atanasio vivió en tiempos turbulentos para la Iglesia. Arrio y sus seguidores negaban que Jesucristo fuera verdaderamente Dios, intentando hacer el cristianismo menos escandaloso a los ojos del mundo. A pesar de que sus enseñanzas fueron condenadas por el Concilio de Nicea, los arrianos consiguieron extenderse por toda la Iglesia gracias a la ayuda de los emperadores romanos. Primero como diácono y luego como Patriarca de Alejandría, Atanasio luchó sin descanso para defender la fe de la Iglesia de aquellos que querían deformarla.
En lugar de la vida tranquila que habría tenido si se hubiera doblegado ante el poder imperial, sufrió constantes persecuciones y destierros. Durante años, gobernó su diócesis desde la clandestinidad, escribiendo sin cesar contra la herejía, ocultándose entre los monjes del desierto y huyendo de los que lo buscaban para matarlo. San Atanasio fue inflexible con las falsas doctrinas, pero siempre se mostró compasivo con los fieles que se habían dejado engañar o que habían sucumbido a la persecución.
El pueblo de Alejandría le tenía un gran afecto y permaneció leal a su Patriarca en los momentos más difíciles.
En lugar de la vida tranquila que habría tenido si se hubiera doblegado ante el poder imperial, sufrió constantes persecuciones y destierros. Durante años, gobernó su diócesis desde la clandestinidad, escribiendo sin cesar contra la herejía, ocultándose entre los monjes del desierto y huyendo de los que lo buscaban para matarlo. San Atanasio fue inflexible con las falsas doctrinas, pero siempre se mostró compasivo con los fieles que se habían dejado engañar o que habían sucumbido a la persecución.
El pueblo de Alejandría le tenía un gran afecto y permaneció leal a su Patriarca en los momentos más difíciles.










