Bajo la luz matutina del Castillo de Windsor en 1926, las violetas presenciaron el nacimiento de una vida. ¿Quién podría haber previsto que esta pequeña princesa, llamada "Lisbeth", llevaría la corona y se convertiría en la monarca con el reinado más largo de la historia británica? Desde sus discursos durante la Segunda Guerra Mundial hasta su papel en la reconstrucción de la posguerra, desde sus viajes diplomáticos en el ocaso del imperio hasta su equilibrio entre familia y responsabilidades, su vida estuvo inextricablemente ligada al destino de Gran Bretaña.
Bajo la luz matutina del Castillo de Windsor en 1926, las violetas presenciaron el nacimiento de una vida. ¿Quién podría haber previsto que esta pequeña princesa, llamada "Lisbeth", llevaría la corona y se convertiría en la monarca con el reinado más largo de la historia británica? Desde sus discursos durante la Segunda Guerra Mundial hasta su papel en la reconstrucción de la posguerra, desde sus viajes diplomáticos en el ocaso del imperio hasta su equilibrio entre familia y responsabilidades, su vida estuvo inextricablemente ligada al destino de Gran Bretaña.