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Los comunistas califican al capitalismo como injusto, perverso, inequitativo e inhumano. Consideran que este modelo económico es el generador de inmensas diferencias entre ricos y pobres, siendo culpable de todos los problemas del mundo moderno. En ese sentido, ellos se han basado en estos ideales comunistas: a) acabar con el capitalismo, las diferencias de clases sociales y las inequidades económicas, b) crear una sociedad justa y humanitaria, c) garantizar a todos los ciudadanos el acceso a la educación, salud, alimentación, vestido y vivienda; así como la igualdad de oportunidades, y d) procurar el bienestar y la máxima felicidad posible para la humanidad.
Todas estas aspiraciones son cónsonas con su gran sueño de ciencia ficción: la existencia de una sociedad tecnológica avanzada, la cual funcionaría perfectamente sin que haya inequidades ni dinero. Sin embargo, el comunismo posee al menos doce fallas ideológicas graves: a) la subestimación del egoísmo humano, b) la desatención de las necesidades fundamentales, c) el menosprecio a la curiosidad humana, d) la negación del sentido de la vida humana, e) el desprecio a las religiones, f) la restricción a la creatividad, g) la existencia de una lucha de clases sociales, h) la persistencia de grandes injusticias sociales, i) el predominio de los derechos colectivos sobre los individuales, j) la negación del valor del trabajo, k) el control absoluto de los precios, y l) el status especial de los gobernantes.
Además de las fallas ideológicas comunistas, el funcionamiento atípico e irregular de este sistema y su inviabilidad económica y financiera, persiste un conflicto de intereses entre los ideales comunistas y los objetivos ocultos de sus gobernantes. Todos estos factores determinan el fracaso del comunismo, siendo la creación de una sociedad justa, equitativa y humanitaria una gran falacia.
