Justo antes de dejar mi trabajo, llamé a mi jefe Señor Malote... a la cara. Y ahora, de algún modo, soy su prometida y nos vamos a casar. Este es un romance navideño muy tórrido.
Justo antes de dejar mi trabajo, llamé a mi jefe Señor Malote... a la cara. Y ahora, de algún modo, soy su prometida y nos vamos a casar. Este es un romance navideño muy tórrido.