En cada barrio hay un héroe secreto, aunque casi nunca lleve capa ni tenga un auto futurista. A veces maneja un motor 70 con canasto lleno de víveres, canta un dembow inventado y se sabe de memoria todas las rutas donde venden la gasolina más barata. Así nace Súper Motoconcho, la primera historieta costumbrista dominicana donde lo cotidiano se convierte en épico. Roddy Pérez nos invita a un universo donde los rayos del cielo se confunden con la electricidad del colmado, los villanos discuten como parroquianos en una gallera, y la magia aparece en las paredes dibujadas con tiza por los niños.
Entre carcajadas y suspenso, este libro reinventa el género de superhéroes desde la esquina, la acera y el colmadón. Aquí, el poder verdadero no está en los músculos ni en los millones, sino en el barrio unido, en la imaginación colectiva y en la risa que resiste cualquier tormenta.
En cada barrio hay un héroe secreto, aunque casi nunca lleve capa ni tenga un auto futurista. A veces maneja un motor 70 con canasto lleno de víveres, canta un dembow inventado y se sabe de memoria todas las rutas donde venden la gasolina más barata. Así nace Súper Motoconcho, la primera historieta costumbrista dominicana donde lo cotidiano se convierte en épico. Roddy Pérez nos invita a un universo donde los rayos del cielo se confunden con la electricidad del colmado, los villanos discuten como parroquianos en una gallera, y la magia aparece en las paredes dibujadas con tiza por los niños.
Entre carcajadas y suspenso, este libro reinventa el género de superhéroes desde la esquina, la acera y el colmadón. Aquí, el poder verdadero no está en los músculos ni en los millones, sino en el barrio unido, en la imaginación colectiva y en la risa que resiste cualquier tormenta.