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¿Siempre te preocupas por cepillarte los dientes antes de acostarte? ¿O levantas automáticamente tu teléfono en el momento en que abres los ojos por la mañana? ¿Revisas tu correo electrónico tan pronto como tu computadora se inicia o esperas hasta más tarde? Si estás de acuerdo con lo que digo, eres consciente del poder que pueden tener los hábitos. Las acciones que se realizan casi sin pensamiento consciente se conocen como hábitos.
Simplemente haces las cosas sin pensarlo dos veces o sin hacer un esfuerzo indebido; no hay ningún requisito de que recuerdes hacerlo continuamente. Por lo tanto, los hábitos pueden compararse con los poderes. Puede completar tareas sin agotar sus reservas de energía mental y física en el proceso. Probablemente ya hayas formado algunos hábitos, aunque es posible que no lo sepas. El problema, sin embargo, es que no todas sus rutinas son lo mejor para usted.
Algunos de ellos pueden incluso estar llevándote en la dirección equivocada, alejándote más de tus objetivos. Por lo tanto, formar nuevas rutinas que sean beneficiosas es una necesidad absoluta si desea descubrir su potencial latente y ser testigo de su propio desarrollo. Desarrollar buenos hábitos es esencial por muchas razones, incluido el potencial para el desarrollo personal. Su capacidad para ejercer su fuerza de voluntad, que es el combustible que le permite realizar ciertos comportamientos que cree que son beneficiosos para usted, está restringida.
Esto solo puede llevarlo hasta cierto punto y casi nunca será suficiente para ayudarlo a lograr lo que se propuso hacer.
