El verdadero amor del Cristiano por el Cristo invisible

Par : Thomas Vincent
Offrir maintenant
Ou planifier dans votre panier
Disponible dans votre compte client Decitre ou Furet du Nord dès validation de votre commande. Le format ePub est :
  • Compatible avec une lecture sur My Vivlio (smartphone, tablette, ordinateur)
  • Compatible avec une lecture sur liseuses Vivlio
  • Pour les liseuses autres que Vivlio, vous devez utiliser le logiciel Adobe Digital Edition. Non compatible avec la lecture sur les liseuses Kindle, Remarkable et Sony
Logo Vivlio, qui est-ce ?

Notre partenaire de plateforme de lecture numérique où vous retrouverez l'ensemble de vos ebooks gratuitement

Pour en savoir plus sur nos ebooks, consultez notre aide en ligne ici
C'est si simple ! Lisez votre ebook avec l'app Vivlio sur votre tablette, mobile ou ordinateur :
Google PlayApp Store
  • FormatePub
  • ISBN8201684266
  • EAN9798201684266
  • Date de parution05/06/2022
  • Protection num.pas de protection
  • Infos supplémentairesepub
  • ÉditeurJL

Résumé

Nuestro Salvador envió una epístola desde el cielo a la iglesia de Éfeso, en la que la reprendió porque había dejado su primer amor, y amenazó con quitarle el candelabro: que le quitaría la luz si no recuperaba su amor. Por la misma mano, al mismo tiempo, envió otra epístola a la iglesia de Laodicea, en la que reprendió su tibieza y amenazó -porque no era ni caliente ni fría- que la vomitaría de su boca (Apocalipsis 2:4-5; 3:15-16).
¿Y los cristianos en Inglaterra no están bajo tal pecado, no están en tal peligro? Cuando algunos se burlan de las llamas del amor a Cristo como si fueran perros que ladran a la luna que está muy por encima de ellos; cuando los cristianos más nominales son totalmente ajenos a este amor, cualquiera que sea su conocimiento ficticio (los primeros lo consideran sólo una fantasía,
Nuestro Salvador envió una epístola desde el cielo a la iglesia de Éfeso, en la que la reprendió porque había dejado su primer amor, y amenazó con quitarle el candelabro: que le quitaría la luz si no recuperaba su amor. Por la misma mano, al mismo tiempo, envió otra epístola a la iglesia de Laodicea, en la que reprendió su tibieza y amenazó -porque no era ni caliente ni fría- que la vomitaría de su boca (Apocalipsis 2:4-5; 3:15-16).
¿Y los cristianos en Inglaterra no están bajo tal pecado, no están en tal peligro? Cuando algunos se burlan de las llamas del amor a Cristo como si fueran perros que ladran a la luna que está muy por encima de ellos; cuando los cristianos más nominales son totalmente ajenos a este amor, cualquiera que sea su conocimiento ficticio (los primeros lo consideran sólo una fantasía,