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A La luz infinita del espíritu puro accedéis por vuestra consciencia expandida y despierta de Ser. La ciencia, presa de su limitación existencial y también de su inherente incredulidad, ha enviado astronautas a realizar viajes inter-espaciales, para auscultar posibilidades de vida en otros planetas, porque la visión humana de la vida y de las cosas está sujeta a las limitaciones de las mentes en exilio de la Divinidad palpitante en pleno centro de sus corazones, de sus propios vórtices de Amor y comprensión.
La comprensión humana versus la comprensión espiritual de todas las cosas existentes, y por supuesto La comprensión de los aspectos inherentes al Ser-Dios-Padre-Madre-Amor. El Alpha y el Omega, principio y fin de todas las cosas, el fin como finalidad, puesto que la vida es infinita, e ilimitadamente trascendente y preciosa. Así que todo intento de comprensión es fallido cuando la mente humana finita, está al origen de dicho propósito.
El humano-finito y el Divino-infinito se extrapolan en ti. El primero como tu ignorante consciencia de separación de la Fuente Universal de la vida, es decir Dios, y el Divino durmiente, que es tu propio Cristo, tu consciencia inconmensurable de Ser, omniabarcante y omnisciente Ser. Divinidad esplendente, que todo lo conoce y lo puede. No el humano mendigante de esperanza y de amor, sino su Divina-Majestad, El Cristo en cada uno de vosotros, es decir vuestra consciencia vibrante de Ser-Dios, el universo mismo encapsulado en el Santo-Sanctuorum de vuestro corazón de seda y Sol.
