El gigante egoísta. Cuento Infantil.. 9798889923428

Par : Fidel Velázquez Martínez
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  • FormatePub
  • ISBN8231251711
  • EAN9798231251711
  • Date de parution28/06/2025
  • Protection num.pas de protection
  • Infos supplémentairesepub
  • ÉditeurWalzone Press

Résumé

El Edén, pueblo de Dios, fue bajado de los siete cielos. La finalidad de Dios Omnipotente, el Espíritu Santo. La creación más grande de Dios fue la tierra y los siete universos. En la tierra, los hombres y las mujeres, habían caído en un lago de violencias, en donde la vida era muy complicada, para los creyentes en Dios. Fue en aquellos tiempos, hace aproximadamente ocho millones de años, antes del rey David.
La presencia de Dios, el Espíritu Santo, con su enorme poder, quiso destruir la tierra, por el vandalismo de los hombres. Sin embargo, el corazón de Dios fue muy grande. En lugar de destruir la tierra, formó su pueblo de Israel. Bajó del cielo el jardín del Edén. Tomó a dos jóvenes de las diferentes aldeas de la región que creían en su nombre y presencia. Ellos eran Eva y Adán, dos jóvenes que eran respetuosas de las leyes de Dios.
Eva y Adán, firmaron un pacto con Dios, de vivir en el paraíso terrenal, con la finalidad de procrear el pueblo de Dios. El Dios Omnipotente formó una cúpula en el Edén. Dentro de la cúpula del Edén, había quedado una aldea de campesinos que amaban a Dios, utilizaban las aguas de los ríos Tigris y Éufrates para regar sus sembradíos. También en esa aldea, en el otro extremo vivía un gigante egoísta, era un hombre bárbaro, se llama Manú.
No le gustaba hacer amistades con nadie, simplemente era egoísta, en el verano, las frutas crecían muy altas, como este gigante era muy alto, todas las frutas las aborazaba. Hasta que un día se enfermó, un niño llamado Jared, le vino a visitar, y con sonrisas y alegrías, el grandulón sanó, un rico té, le preparó, el empacho del gigante cedió. La tribu y el gigante se hicieron amigos, compartían todo dentro del territorio del Edén.
El niño Jared siempre platicaba con Eva y Adán, eran grandes amigos, le gustaba cortar frutos del árbol de la vida, de la ciencia, del bien y del mal. 
El Edén, pueblo de Dios, fue bajado de los siete cielos. La finalidad de Dios Omnipotente, el Espíritu Santo. La creación más grande de Dios fue la tierra y los siete universos. En la tierra, los hombres y las mujeres, habían caído en un lago de violencias, en donde la vida era muy complicada, para los creyentes en Dios. Fue en aquellos tiempos, hace aproximadamente ocho millones de años, antes del rey David.
La presencia de Dios, el Espíritu Santo, con su enorme poder, quiso destruir la tierra, por el vandalismo de los hombres. Sin embargo, el corazón de Dios fue muy grande. En lugar de destruir la tierra, formó su pueblo de Israel. Bajó del cielo el jardín del Edén. Tomó a dos jóvenes de las diferentes aldeas de la región que creían en su nombre y presencia. Ellos eran Eva y Adán, dos jóvenes que eran respetuosas de las leyes de Dios.
Eva y Adán, firmaron un pacto con Dios, de vivir en el paraíso terrenal, con la finalidad de procrear el pueblo de Dios. El Dios Omnipotente formó una cúpula en el Edén. Dentro de la cúpula del Edén, había quedado una aldea de campesinos que amaban a Dios, utilizaban las aguas de los ríos Tigris y Éufrates para regar sus sembradíos. También en esa aldea, en el otro extremo vivía un gigante egoísta, era un hombre bárbaro, se llama Manú.
No le gustaba hacer amistades con nadie, simplemente era egoísta, en el verano, las frutas crecían muy altas, como este gigante era muy alto, todas las frutas las aborazaba. Hasta que un día se enfermó, un niño llamado Jared, le vino a visitar, y con sonrisas y alegrías, el grandulón sanó, un rico té, le preparó, el empacho del gigante cedió. La tribu y el gigante se hicieron amigos, compartían todo dentro del territorio del Edén.
El niño Jared siempre platicaba con Eva y Adán, eran grandes amigos, le gustaba cortar frutos del árbol de la vida, de la ciencia, del bien y del mal. 
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