Documentos militares y políticos Versión liberal de la guerra de los mil días. Historia Militar de Colombia - Guerras civiles y violencia politica, #39

Par : Rafael Uribe Uribe
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  • FormatePub
  • ISBN978-0-463-25337-3
  • EAN9780463253373
  • Date de parution24/09/2019
  • Protection num.pas de protection
  • Infos supplémentairesepub
  • ÉditeurBluewater

Résumé

Condición indispensable para que el fallo sea acertado, es determinar previamente si la guerra fue justa o injusta. Si lo primero, es inicua la censura contra los que en ella tomaron parte, sólo por haber sido derrotados; si lo segundo, es incalificable que esos mismos censores se aprestaran a enrolarse en las filas revolucionarias, cuando las creyeron victoriosas, para poder hacerse partícipes y usufructuarios de una Revolución injusta pero vencedora.
La justicia vencida no deja de ser justicia, y revela cobardía y falta de fe el volverle la espalda; mientras que en los altares de la injusticia triunfante no ofician sino los logreros y los malvados. Porque la revolución salió vencida, se va hasta llamarla con el estribillo oficial de "inicua rebelión." Si hubiera triunfado, se la llamaría, como a la española del 68, la Gloriosa, o como a la italiana del 59, el Resurgimiento.
Sus autores serían héroes y salvadores de la patria, y se les tendría en el pináculo de la gloria, ahítos de lisonjas y apoteosis. Se les llama criminales porque sucumbieron. El mundo es así: ¿á qué quejarse? Pero más altas que el criterio tornadizo del éxito están las leyes invariables de la justicia, en cuya virtud merece aprobación todo movimiento encaminado a remediar abusos diarios y clamorosos, cuando signos ciertos anuncian en gran parte del pueblo la disposición a tomar parte en la insurrección, para asegurar las probabilidades de buen suceso.
Corresponde a la posteridad la ardua sentencia entre liberales y conservadores. En cuanto al debate surgido en nuestro campo sobre el mismo punto, basta la opinión del Dr. Aquileo Parra, contenida en estas terminantes palabras de su carta al general Vargas Santos, fecha 26 de febrero de 1900, en que asimila la guerra pasada a la de emancipación:"Con el más vivo interés he estudiado la historia de nuestras guerras civiles, y de ese estudio he sacado esta conclusión: que si bien algunas de ellas pueden quizá obtener la absolución de la historia, por haber sido relativamente justas, SÓLO LA DE 1810 Y LA PRESENTE PODRÁN, CON JUSTICIA, CALIFICARSE DE NECESARIAS."
Condición indispensable para que el fallo sea acertado, es determinar previamente si la guerra fue justa o injusta. Si lo primero, es inicua la censura contra los que en ella tomaron parte, sólo por haber sido derrotados; si lo segundo, es incalificable que esos mismos censores se aprestaran a enrolarse en las filas revolucionarias, cuando las creyeron victoriosas, para poder hacerse partícipes y usufructuarios de una Revolución injusta pero vencedora.
La justicia vencida no deja de ser justicia, y revela cobardía y falta de fe el volverle la espalda; mientras que en los altares de la injusticia triunfante no ofician sino los logreros y los malvados. Porque la revolución salió vencida, se va hasta llamarla con el estribillo oficial de "inicua rebelión." Si hubiera triunfado, se la llamaría, como a la española del 68, la Gloriosa, o como a la italiana del 59, el Resurgimiento.
Sus autores serían héroes y salvadores de la patria, y se les tendría en el pináculo de la gloria, ahítos de lisonjas y apoteosis. Se les llama criminales porque sucumbieron. El mundo es así: ¿á qué quejarse? Pero más altas que el criterio tornadizo del éxito están las leyes invariables de la justicia, en cuya virtud merece aprobación todo movimiento encaminado a remediar abusos diarios y clamorosos, cuando signos ciertos anuncian en gran parte del pueblo la disposición a tomar parte en la insurrección, para asegurar las probabilidades de buen suceso.
Corresponde a la posteridad la ardua sentencia entre liberales y conservadores. En cuanto al debate surgido en nuestro campo sobre el mismo punto, basta la opinión del Dr. Aquileo Parra, contenida en estas terminantes palabras de su carta al general Vargas Santos, fecha 26 de febrero de 1900, en que asimila la guerra pasada a la de emancipación:"Con el más vivo interés he estudiado la historia de nuestras guerras civiles, y de ese estudio he sacado esta conclusión: que si bien algunas de ellas pueden quizá obtener la absolución de la historia, por haber sido relativamente justas, SÓLO LA DE 1810 Y LA PRESENTE PODRÁN, CON JUSTICIA, CALIFICARSE DE NECESARIAS."