Cronología Profética de Nostradamus. Tomo 4 - 1800/1899
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- FormatePub
- ISBN978-1-370-56226-8
- EAN9781370562268
- Date de parution12/11/2016
- Protection num.pas de protection
- Infos supplémentairesepub
- ÉditeurEditeurs divers USA
Résumé
Si hay un siglo que debió atormentar a Nostradamus es este, donde la figura de Napoleón enquistó cualquier sombra de paz en Europa. Tras la llegada de la República Francesa, Bonaparte se autoproclamó Emperador y Rey haciendo alarde de su poder frente a las monarquías europeas que temían la expansión de la revolución hacia sus reinos. Napoleón fue comparado con Aníbal y Carlomagno por Michel en un intento de transmitir su poderío bélico y los lugares que temblarían ante su llegada.
Francia con él se expandería hacia Italia, Egipto, Alemania, España, Portugal, pero su afán conquistador se dio de bruces con los rusos y la resistencia española, jalonando su camino hacia la derrota final. Quien fuera Emperador de Francia quedaría confinado en una pequeña isla a la espera de su muerte. Aunque Napoleón quiso dejar a su hijo Napoleón II como sucesor, los países aliados nunca consintieron tal aspiración, pero el destino confió una vez más la suerte de Francia a un descendiente de Bonaparte, Napoleón III, quien proclamaría la II República.
La muerte del rey Luis Felipe I de Francia y la de su hijo y heredero Fernando, propiciaron su llegada. Mientras tanto, el siglo avanzaba implacable e Italia se batía en guerra contra los austriacos y daba a luz a un personaje importante para esta centuria, Giuseppe Garibaldi, figura clave de la Unificación Italiana. Hungría se desangraba con la Revolución, Francia entraría en guerra con Rusia, Grecia con los otomanos, y nuestra España pagó su ingenuidad con el precio de la pobreza, sumiéndose en otra guerra por la sucesión que acabó con la monarquía regentada en ese momento por Isabel II de España.
Tantas luchas por reponer a los reyes de España durante la Guerra de la Independencia, cayeron en saco roto por nosotros mismos. Pero vio Nostradamus también los avances médicos que surgirían ante la figura de Pasteur, y la gran inundación que afectaría a Tolulose, pero también vería aterrorizado que nacería el Tercer Anticristo antes de finalizar el siglo, con un nombre que le azotaba la mente de continuado.
¡Hister, Hister!
Francia con él se expandería hacia Italia, Egipto, Alemania, España, Portugal, pero su afán conquistador se dio de bruces con los rusos y la resistencia española, jalonando su camino hacia la derrota final. Quien fuera Emperador de Francia quedaría confinado en una pequeña isla a la espera de su muerte. Aunque Napoleón quiso dejar a su hijo Napoleón II como sucesor, los países aliados nunca consintieron tal aspiración, pero el destino confió una vez más la suerte de Francia a un descendiente de Bonaparte, Napoleón III, quien proclamaría la II República.
La muerte del rey Luis Felipe I de Francia y la de su hijo y heredero Fernando, propiciaron su llegada. Mientras tanto, el siglo avanzaba implacable e Italia se batía en guerra contra los austriacos y daba a luz a un personaje importante para esta centuria, Giuseppe Garibaldi, figura clave de la Unificación Italiana. Hungría se desangraba con la Revolución, Francia entraría en guerra con Rusia, Grecia con los otomanos, y nuestra España pagó su ingenuidad con el precio de la pobreza, sumiéndose en otra guerra por la sucesión que acabó con la monarquía regentada en ese momento por Isabel II de España.
Tantas luchas por reponer a los reyes de España durante la Guerra de la Independencia, cayeron en saco roto por nosotros mismos. Pero vio Nostradamus también los avances médicos que surgirían ante la figura de Pasteur, y la gran inundación que afectaría a Tolulose, pero también vería aterrorizado que nacería el Tercer Anticristo antes de finalizar el siglo, con un nombre que le azotaba la mente de continuado.
¡Hister, Hister!
Si hay un siglo que debió atormentar a Nostradamus es este, donde la figura de Napoleón enquistó cualquier sombra de paz en Europa. Tras la llegada de la República Francesa, Bonaparte se autoproclamó Emperador y Rey haciendo alarde de su poder frente a las monarquías europeas que temían la expansión de la revolución hacia sus reinos. Napoleón fue comparado con Aníbal y Carlomagno por Michel en un intento de transmitir su poderío bélico y los lugares que temblarían ante su llegada.
Francia con él se expandería hacia Italia, Egipto, Alemania, España, Portugal, pero su afán conquistador se dio de bruces con los rusos y la resistencia española, jalonando su camino hacia la derrota final. Quien fuera Emperador de Francia quedaría confinado en una pequeña isla a la espera de su muerte. Aunque Napoleón quiso dejar a su hijo Napoleón II como sucesor, los países aliados nunca consintieron tal aspiración, pero el destino confió una vez más la suerte de Francia a un descendiente de Bonaparte, Napoleón III, quien proclamaría la II República.
La muerte del rey Luis Felipe I de Francia y la de su hijo y heredero Fernando, propiciaron su llegada. Mientras tanto, el siglo avanzaba implacable e Italia se batía en guerra contra los austriacos y daba a luz a un personaje importante para esta centuria, Giuseppe Garibaldi, figura clave de la Unificación Italiana. Hungría se desangraba con la Revolución, Francia entraría en guerra con Rusia, Grecia con los otomanos, y nuestra España pagó su ingenuidad con el precio de la pobreza, sumiéndose en otra guerra por la sucesión que acabó con la monarquía regentada en ese momento por Isabel II de España.
Tantas luchas por reponer a los reyes de España durante la Guerra de la Independencia, cayeron en saco roto por nosotros mismos. Pero vio Nostradamus también los avances médicos que surgirían ante la figura de Pasteur, y la gran inundación que afectaría a Tolulose, pero también vería aterrorizado que nacería el Tercer Anticristo antes de finalizar el siglo, con un nombre que le azotaba la mente de continuado.
¡Hister, Hister!
Francia con él se expandería hacia Italia, Egipto, Alemania, España, Portugal, pero su afán conquistador se dio de bruces con los rusos y la resistencia española, jalonando su camino hacia la derrota final. Quien fuera Emperador de Francia quedaría confinado en una pequeña isla a la espera de su muerte. Aunque Napoleón quiso dejar a su hijo Napoleón II como sucesor, los países aliados nunca consintieron tal aspiración, pero el destino confió una vez más la suerte de Francia a un descendiente de Bonaparte, Napoleón III, quien proclamaría la II República.
La muerte del rey Luis Felipe I de Francia y la de su hijo y heredero Fernando, propiciaron su llegada. Mientras tanto, el siglo avanzaba implacable e Italia se batía en guerra contra los austriacos y daba a luz a un personaje importante para esta centuria, Giuseppe Garibaldi, figura clave de la Unificación Italiana. Hungría se desangraba con la Revolución, Francia entraría en guerra con Rusia, Grecia con los otomanos, y nuestra España pagó su ingenuidad con el precio de la pobreza, sumiéndose en otra guerra por la sucesión que acabó con la monarquía regentada en ese momento por Isabel II de España.
Tantas luchas por reponer a los reyes de España durante la Guerra de la Independencia, cayeron en saco roto por nosotros mismos. Pero vio Nostradamus también los avances médicos que surgirían ante la figura de Pasteur, y la gran inundación que afectaría a Tolulose, pero también vería aterrorizado que nacería el Tercer Anticristo antes de finalizar el siglo, con un nombre que le azotaba la mente de continuado.
¡Hister, Hister!




















