Basilio Angelakopoulos Montes

En un valle perdido de los Montes Apalaches, donde el viento lleva ecos de un canto antiguo, la familia Carter llega buscando un nuevo comienzo. John y Laura, marcados por una tragedia que aún los persigue, dejan Baltimore con sus cinco hijos -Emma, Lucas, Sophie, Ben y la pequeña Lily- para instalarse en una vieja casa en Virginia Occidental. La propiedad, rodeada de un bosque denso, está impregnada de rumores: desapariciones sin explicación, luces que parpadean en la niebla, y un pozo en el prado que susurra con una voz que no debería existir.
Al principio, los Carter descartan las historias como folclore rural, pero el valle no olvida ni perdona. Desde la primera noche, la casa parece viva. Sombras sin rostro acechan en los pasillos, un zumbido inquietante pulsa bajo la tierra, y el pozo, cubierto de musgo, emite murmullos que conocen sus miedos más profundos. John se aferra a la lógica, Laura busca refugio en la rutina, pero los niños, cada uno cargando sus propias heridas, son atraídos por el bosque, donde las luces danzan y las voces de los perdidos resuenan.
Una entidad antigua, tejida en la esencia del valle, despierta para alimentarse de sus temores, manipulándolos en un juego cruel de traiciones y visiones. A medida que la familia se desmorona, el pozo revela su verdadera naturaleza: no un simple agujero, sino una garganta viva que canta en lenguas olvidadas. Años después, la tragedia de los Carter se convierte en una leyenda susurrada en tabernas y fogatas, atrayendo a un grupo de investigadores al valle, donde el canto aún espera.
Terror en los Montes Apalaches es un descenso escalofriante al horror cósmico, donde el silencio del valle oculta un hambre que nunca descansa.