Black, black, black
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- Nombre de pages332
- PrésentationBroché
- FormatGrand Format
- Poids0.345 kg
- Dimensions13,7 cm × 20,7 cm × 2,0 cm
- ISBN978-84-339-7742-7
- EAN9788433977427
- Date de parution01/06/2021
- CollectionCompactos
- ÉditeurAnagrama
Résumé
Los padres de Cristina Esquivel, una geriatra a la que han encontrado estrangulada en su piso de Madrid, contratan al detective Arturo Zarco para que encuentre al asesino. Lo que desean es que inculpe a Yalal, el albanil marroquí con el que estaba casada la muerta, y que tiene la custodia de la hija de ambos. Zarco es un detective muy poco convencional : cuarentón, gay y estrechamente ligado a Paula, su ex mujer, a la que cuenta y con la que discute por teléfono las vicisitudes de la investigación y los pormenores de sus fascinaciones eróticas.
El forcejeo dialéctico entre Zarco y Paula queda interrumpido por el diario de Luz, una de las vecinas de la geriatra asesinada, y madre de Olmo, el jovencito que fascina y perturba a Zarco. Un relato interfiere en el otro, y el encanto y la seducción de lo reconocible se suspenden. Queda también en suspenso el clímax del desvelamiento, y el lector se ve obligado a reflexionar sobre el sentido de la interferencia.
Black, black, black es una espléndida novela negra que puede leerse como tal ; pero también como otra cosa, puesto que Sanz propone una ficción donde la violencia inexplicable acaba ajustándose al razonamiento lógico y lo "imperceptible" sale a la luz con la potencia de ese "siniestro familiar" del que hablaba Freud. Y ésta es la concepción, política y retórica, que sustenta esta novela policíaca inteligente, divertida, subversiva.
El forcejeo dialéctico entre Zarco y Paula queda interrumpido por el diario de Luz, una de las vecinas de la geriatra asesinada, y madre de Olmo, el jovencito que fascina y perturba a Zarco. Un relato interfiere en el otro, y el encanto y la seducción de lo reconocible se suspenden. Queda también en suspenso el clímax del desvelamiento, y el lector se ve obligado a reflexionar sobre el sentido de la interferencia.
Black, black, black es una espléndida novela negra que puede leerse como tal ; pero también como otra cosa, puesto que Sanz propone una ficción donde la violencia inexplicable acaba ajustándose al razonamiento lógico y lo "imperceptible" sale a la luz con la potencia de ese "siniestro familiar" del que hablaba Freud. Y ésta es la concepción, política y retórica, que sustenta esta novela policíaca inteligente, divertida, subversiva.
Los padres de Cristina Esquivel, una geriatra a la que han encontrado estrangulada en su piso de Madrid, contratan al detective Arturo Zarco para que encuentre al asesino. Lo que desean es que inculpe a Yalal, el albanil marroquí con el que estaba casada la muerta, y que tiene la custodia de la hija de ambos. Zarco es un detective muy poco convencional : cuarentón, gay y estrechamente ligado a Paula, su ex mujer, a la que cuenta y con la que discute por teléfono las vicisitudes de la investigación y los pormenores de sus fascinaciones eróticas.
El forcejeo dialéctico entre Zarco y Paula queda interrumpido por el diario de Luz, una de las vecinas de la geriatra asesinada, y madre de Olmo, el jovencito que fascina y perturba a Zarco. Un relato interfiere en el otro, y el encanto y la seducción de lo reconocible se suspenden. Queda también en suspenso el clímax del desvelamiento, y el lector se ve obligado a reflexionar sobre el sentido de la interferencia.
Black, black, black es una espléndida novela negra que puede leerse como tal ; pero también como otra cosa, puesto que Sanz propone una ficción donde la violencia inexplicable acaba ajustándose al razonamiento lógico y lo "imperceptible" sale a la luz con la potencia de ese "siniestro familiar" del que hablaba Freud. Y ésta es la concepción, política y retórica, que sustenta esta novela policíaca inteligente, divertida, subversiva.
El forcejeo dialéctico entre Zarco y Paula queda interrumpido por el diario de Luz, una de las vecinas de la geriatra asesinada, y madre de Olmo, el jovencito que fascina y perturba a Zarco. Un relato interfiere en el otro, y el encanto y la seducción de lo reconocible se suspenden. Queda también en suspenso el clímax del desvelamiento, y el lector se ve obligado a reflexionar sobre el sentido de la interferencia.
Black, black, black es una espléndida novela negra que puede leerse como tal ; pero también como otra cosa, puesto que Sanz propone una ficción donde la violencia inexplicable acaba ajustándose al razonamiento lógico y lo "imperceptible" sale a la luz con la potencia de ese "siniestro familiar" del que hablaba Freud. Y ésta es la concepción, política y retórica, que sustenta esta novela policíaca inteligente, divertida, subversiva.