Littérature d'Espagne du Siècle d'or à aujourd'hui
El castigo de la miseria. .

Par : Zayas maría De, Sotomayor

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  • Nombre de pages38
  • PrésentationBroché
  • Poids0.078 kg
  • Dimensions17,0 cm × 22,0 cm × 0,3 cm
  • ISBN979-10-419-3834-6
  • EAN9791041938346
  • Date de parution10/05/2023
  • ÉditeurCulturea

Résumé

A servir a un grande desta Corte vino de un lugar de Navarra un hijodalgo, tan alto de pensamientos como humilde de bienes de fortuna, pues no le concedió esta madrastra de los nacidos más riqueza que una pobre cama, en la cual se recogía a dormir y se sentaba a comer ; este mozo, a quien llamaremos don Marcos, tenía un padre viejo, y tanto, que sus anos le servían de renta para sustentarse, pues con ellos enternecía los más empedernidos corazones.
Era don Marcos, cuando vino a este honroso entretenimiento, de doce anos, habiendo casi los mismos que perdió a su madre de un repentino dolor de costado, y mereció en casa deste Príncipe la plaza de paje, y con ella los usados atributos, picardía, porquería, sarna y miseria ; y aunque don Marcos se graduó en todas, en esta última echó el resto, condenándose él mismo de su voluntad a la mayor laceria que pudo padecer un padre del yermo, gastando los dieciocho cuartos que le daban con tanta moderación, que si podía, aunque fuese a costa de su estómago y de la comida de sus companeros, procuraba que no se disminuyesen, o ya que algo gastase, no de suerte que se viese mucho su falta.
A servir a un grande desta Corte vino de un lugar de Navarra un hijodalgo, tan alto de pensamientos como humilde de bienes de fortuna, pues no le concedió esta madrastra de los nacidos más riqueza que una pobre cama, en la cual se recogía a dormir y se sentaba a comer ; este mozo, a quien llamaremos don Marcos, tenía un padre viejo, y tanto, que sus anos le servían de renta para sustentarse, pues con ellos enternecía los más empedernidos corazones.
Era don Marcos, cuando vino a este honroso entretenimiento, de doce anos, habiendo casi los mismos que perdió a su madre de un repentino dolor de costado, y mereció en casa deste Príncipe la plaza de paje, y con ella los usados atributos, picardía, porquería, sarna y miseria ; y aunque don Marcos se graduó en todas, en esta última echó el resto, condenándose él mismo de su voluntad a la mayor laceria que pudo padecer un padre del yermo, gastando los dieciocho cuartos que le daban con tanta moderación, que si podía, aunque fuese a costa de su estómago y de la comida de sus companeros, procuraba que no se disminuyesen, o ya que algo gastase, no de suerte que se viese mucho su falta.